Por: Ulises González Garduño
En los últimos años, el interés y/o la preocupación por la escasez de agua se ha intensificado, especialmente durante los meses de mayor sequía. La Gráfica 1 muestra en un periodo de 5 años, que junio es el mes con mayor número de búsquedas en Google del término “escasez de agua” en México.
Gráfica 1. Interés a lo largo del tiempo por el término “escasez del agua” a través del buscador de Google, 17 de junio de 2020 a 20 de mayo de 2025.

Nota: Los valores indican el nivel de búsqueda del término en comparación con su punto máximo en una región y periodo específicos. Un valor de 100 representa la máxima popularidad; 50, la mitad de esa popularidad, y 0 indica una ausencia de datos suficientes.
Fuente: Elaboración propia con datos de Google Trends.
La Tabla 1 presenta el interés promedio por este concepto, mostrando que, año con año, aumenta la atención que se le presta al tema.
Tabla 1.

Nota: Los valores indican el nivel de búsqueda del término en comparación con su punto máximo en una región y periodo específicos. Un valor de 100 representa la máxima popularidad; 50, la mitad de esa popularidad, y 0 indica una ausencia de datos suficientes.
Fuente: Elaboración propia con datos de Google Trends.
Desde una perspectiva subnacional, el interés por la escasez de agua varía significativamente entre entidades federativas (véase Gráfica 2). Según este análisis, el estado con mayor preocupación es Hidalgo, con un promedio de 100, seguido por Oaxaca y el Estado de México, ambos con promedios superiores a 80. En contraste, Sonora, Yucatán y Quintana Roo muestran los niveles más bajos, con promedios de 34, 34 y 28, respectivamente.
Gráfica 2. Interés promedio por entidad federativa a lo largo del tiempo por el término “escasez del agua” a través del buscador de Google, 17 de junio de 2020 a 20 de mayo de 2025.

Nota: Los valores indican el nivel de búsqueda del término en comparación con su punto máximo en una región y periodo específicos. Un valor de 100 representa la máxima popularidad; 50, la mitad de esa popularidad, y 0 indica una ausencia de datos suficientes.
Fuente: Elaboración propia con datos de Google Trends.
Ante este panorama, es fundamental realizar un análisis del balance hídrico, herramienta que permite evaluar la disponibilidad de agua y su distribución en función de variables como la precipitación, la evaporación, el uso del suelo y las fugas en las redes de distribución.
1. ¿Qué es el balance hídrico y cuál es su relevancia?
El balance hídrico es un análisis basado en el principio de conservación de masas de agua (ecuación de continuidad). Este método mide la entrada y salida de agua en un territorio específico a lo largo del tiempo, permitiendo cuantificar la disponibilidad del recurso y los cambios provocados por las actividades humanas (Departamento General de Irrigación, s.f.).
De acuerdo con Gómez-Reyez (2013), este análisis también permite comprender el comportamiento de variables fundamentales de la cuenca[1], como la disponibilidad natural del agua, la explotación de acuíferos, el déficit de transvase[2] y las fugas en redes de distribución, lo que facilita una mejor evaluación de la gestión hídrica.
2. Balance hídrico en la zona metropolitana del Estado de México y Ciudad de México.
La plataforma de WaterWorld[3] permite descargar datos del balance hídrico (en milímetros por hectárea) a través de capas ráster[4] calculadas a través de la suma de la precipitación[5], niebla y el derretimiento de nieve, menos la evapotranspiración[6].
Con base en estos datos, se analizó el balance hídrico del Estado de México y la Ciudad de México, como se muestra en el Mapa 1. Se observó que la distribución del agua está en función de las características geográficas y al uso del suelo: las mayores concentraciones de agua se registran en zonas montañosas y con vegetación natural.
En contraste, las áreas con alta densidad poblacional y las zonas agrícolas presentan los valores más bajos de balance hídrico. Esto se debe a la alta demanda de agua, la disminución de la infiltración por la urbanización y el aumento de la evapotranspiración.
Cabe destacar que los datos presentados ofrecen solo una estimación de los recursos hídricos disponibles en las áreas señaladas, ya que no incluyen el volumen de agua extraído de pozos. Actualmente, en la Ciudad de México, una proporción considerable del agua distribuida proviene de esta fuente.
Es importante señalar que, entre la Ciudad de México y el Estado de México, habitan aproximadamente 26.2 millones de personas[7]. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), se recomienda un consumo mínimo de 100 litros diarios por persona para satisfacer las necesidades básicas de consumo e higiene. Bajo este parámetro, el requerimiento conjunto para ambas entidades sería de 2,620.2 millones de litros de agua al día.
Sin embargo, el Sistema de Aguas de la Ciudad de México reporta que el consumo promedio en la capital asciende a 380 litros diarios por persona, lo cual supera ampliamente lo recomendado por la OMS. Si este nivel de consumo se extrapola a toda la población de ambas entidades, la demanda diaria alcanzaría los 9,956.9 millones de litros. Esta cifra muestra una presión crítica sobre los recursos hídricos disponibles y pone en riesgo la sostenibilidad del abastecimiento en la región.

Nota: La unidad de la variable es milímetros por hectárea.
Conclusiones.
1. El interés público por la escasez de agua en México ha crecido, especialmente en periodos de sequía y en estados con mayor vulnerabilidad hídrica.
2. El balance hídrico es una herramienta fundamental para comprender la disponibilidad real del agua y los efectos del uso del suelo y la urbanización.
3. Las zonas urbanas y agrícolas concentran los mayores retos hídricos, mientras que las zonas naturales aún conservan una mayor capacidad de retención.
4. Es urgente fortalecer la gestión hídrica local con base en evidencia técnica y territorialmente diferenciada.
Referencias.
Departamento General de Irrigación. (s.f.). ¿Qué es el Balance Hídrico? Aquabook. https://aquabook.irrigacion.gov.ar/461
Gómez-Reyez, E. (2013). Valoración de los componentes del balance hídrico usando información estadística y geográfica: La cuenca del Valle de México. Revista Internacional de Estadística y Geografía, 4(3). Recuperado el 16 de marzo de 2025, de https://rde.inegi.org.mx/RDE_10/Doctos/RDE_10_Art1.pdf
[1] Área de tierra donde toda el agua de lluvia que cae fluye hacia un mismo río o lago. Es como un gran recipiente natural que recoge y conduce el agua hacia un solo punto.
[2] Ocurre cuando se transfiere menos agua de la que se había planificado o autorizado entre dos cuencas o regiones. En otras palabras, es la diferencia negativa entre el volumen de agua previsto y el realmente trasvasado, en general por falta de disponibilidad hídrica, restricciones técnicas o razones ambientales.
[3] Desarrollada por el Departamento de Geografía del King’s College London.
[4] Una capa ráster es una forma de representar información geográfica mediante una cuadrícula de celdas o píxeles, donde cada celda contiene un valor que indica una característica del territorio, como la altitud, la temperatura o el uso del suelo.
[5] Cantidad total de lluvia (o nieve, granizo, etc.) que cae en un lugar durante un periodo de tiempo.
[6] Es el agua que se pierde del suelo y de las plantas hacia el aire. Es la combinación de dos procesos: la evaporación del agua del suelo y la transpiración del agua que liberan las plantas.
[7] De acuerdo con el Censo de Población de 2020 de INEGI.
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